EL HARTAZGO: TARDÓ EN LLEGAR, PERO LLEGÓ…

Siempre tendemos a pensar, como sociedad, que la paciencia de las personas es inagotable. Porque continuamente alguno renueva las esperanzas, otros expresan su bronca y se descargan, y así, en este ida y vuelta de la desazón de la gente, sigue ganando terreno y tiempo, la dirigencia política. Y nuestra ciudad, no es una isla que logre salir ilesa de estos avatares.

A veces hay necesidad de callar, es hasta sano hacerlo, y mantenerse en las filas mas rezagadas del teatro, desde dónde uno puede apreciar el desenvolvimiento político que nos atraviesa a todos, y del cual uno, no es parte en la toma de decisiones. Es prudente mantenerse al margen, porque de esta forma, nadie tiene la oportunidad de decirnos que obstruimos alguna intención de hacer algo, o que ponemos palos en la rueda, y tantos otros pretextos que escuchamos a diario, con la triste finalidad de justificar la inacción, y sobre todo, la falta total de capacidad en el amplio sentido de la palabra.

Esta semana, la dirigencia política local, los estratos mas altos en su jerarquía, han demostrado descaradamente la falta de sentido común y de oportunidad ante los ciudadanos, ante los representados, hayan o no votado el espacio que conduce los destinos de General Alvear. Todo parecería indicar, que estas tres personas, que intentan conducir nuestro destino, se creen impunes, y merecedores de cualquier beneficio que se les cruce por su apagada mente, que sólo brilla ante el cajero automático cuando se acercan a cobrar, o miran el saldo de sus cuentas particulares a través del BIP. Prueba de lo que expreso, está por doquier, en todas las redes sociales, en todos los portales digitales, en todos los mensajes intercambiados por la gente. 

Una vez mas, queda muy en claro, que la única capacidad del Sr Intendente (digo Sr porque no lo conozco demasiado dice el dicho) y parte mas allegada de su gabinete, es la de enriquecerse, o estar mas holgado ante la economía tan ajustada que vive el país en general. Han optado por entender, o mal entender, que el estado los tiene que salvar. Lamento que esto esté sucediendo, no me sorprende, pero lo lamento profundamente, porque nuestra pequeña ciudad, no merece este tipo de conductas, y está perfecto que todo el mucho exprese su rebelión ante semejante atropello. Seguramente hay más cuestiones de estas características, o peores aún. El tiempo dirá si seguimos lamentando sucesos aberrantes como éste.

La sociedad tenía la necesidad de cambiar, legítimamente. Pero los resultados avalaron la continuidad de lo que mal se estaba haciendo. Y hoy, volvemos a replantearnos si no era tiempo de un cambio. La respuesta no es necesaria que aparezca escrita.

Como parte de nuestra sociedad, sólo pido que todo el mal que nos resta atravesar, sea lo mas leve posible, ya que nos quedan por delante, 4 años mas de ésta, tal vez, la peor gestión de gobierno en la historia de Alvear. 

Definen a esta gestión tres cosas: IGNORANCIA, INCAPACIDAD, Y SOBERBIA. Esta combinación de adjetivos, encolumnados en la figura principal de la escala jerárquica ejecutiva, hacen que los resultados NO OBTENIDOS, sean desastrosos, inexorablemente. Es una combinación letal para la política, también para cualquier orden de la vida. Pero cuando hablamos de política, entendamos que lo que perjudicamos no es lo personal, sino a toda la sociedad que sin tener responsabilidad mas que haber emitido un fallido voto, recibe las consecuencias derivadas de la falta de preparación, compromiso, y dedicación real para con el pueblo.

Viva la democracia. Sigamos votando, hagamos mas esfuerzos para tratar de cambiar nuestro pago chico, el lugar en que habitamos, y que mas allá del color que nos gobierne en cualquier ámbito, todos sabemos que si tiramos para el mismo lado, somo capaces de cambiar nuestro horizonte como pueblo y como sociedad. Hagamos, pues, que valga la pena seguir intentando que los resultados sean diferentes, haciendo entonces, cosas diferentes.

Martín Valerga